sábado, 7 de enero de 2012

CAMBIO CLIMATICO Y RESPONSABILIDAD MEDIOAMBIENTAL.



Los retos a los que nos vemos enfrentados con el cambio climático, nos obligan a pensar en soluciones para mitigar el impacto y poder garantizar la estabilidad económica y la supervivencia del hombre, del ecosistema en las regiones de alto impacto.

Los principales efectos del cambio climático son: el descongelamiento polar, aumento del nivel de los mares, aumento del régimen de lluvias,  inundaciones en zonas de baja altura, deterioro de las viviendas y empobrecimiento de poblados ribereños, además de  pérdidas humanas, animales y agrícolas por  dichas causas.

La naturaleza en su sabia dimensión tuvo barreras naturales para todos los impactos que hoy estamos padeciendo,  el hombre no tuvo la suficiente precaución para conservarlas y protegerlas y  hoy,  estamos abocados a las consecuencias; las barreras naturales siempre son las más efectivas, pero,  hoy ya no existen o están muy diezmadas.

El calentamiento global es la consecuencia de la pérdida  de equilibrio entre bosques y tierra abierta para cultivos y ganadería, cada árbol maduro provee el frio de 20 aires acondicionados, evita la desecación del suelo que protege, sirve de esponja que absorbe el  agua de lluvias, evita la escorrentía masiva cuando se presentan lluvias intensas; hoy hemos destruido casi todas las barreras, que la naturaleza en millones de años fue creando, hemos destruido el 50% o más de los bosques, se talaron los bosques de las riberas de los ríos y  los manglares, se levantaron ciudades y poblados en zonas bajas y se adaptaron los terrenos circundantes  para pastizales de ganadería extensiva y agricultura.

En un acto de contrición tenemos que aceptar que los nativos de América y del mundo, siempre han tenido razón, tal vez en su memoria ancestral se encuentra el recuerdo de que hay que proteger la Pacha mama, y hay que estar en paz con el Dios de los bosques, el Dios de los ríos y aguas, el Dios del Fuego, en síntesis todos los Dioses de la Naturaleza; en algunas ocasiones pensé en la intransigencia de los grupos indígenas para evitar la colonización y explotación de minas en sus territorios, pero, cada día veo con mayor claridad que la sabiduría ancestral está por encima de la ambición y la sabiduría de los poderosos grupos económicos,  la explotación de los recursos es riqueza para hoy y hambre para mañana.


Con el ánimo de contribuir para retardar o tal vez evitar el cataclismo que se avecina, debemos devolverle a la tierra sus equilibrios;  recuperar los barreras de manglares, los bosques en las riberas de los ríos y en zonas de montaña,  trasladar  poblados a zonas un poco más altas, no construir  carreteras atravesando  montañas, sino, túneles; proteger y estimular la siembra de bosques en zonas de montaña.

Carlos Mario Pereira Yepes.
Enero 7 de 2012

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